De las cintas métricas a los sistemas informáticos Nació en 1924 como Escuela de Obreras, con cuatro profesoras, y al cumplir 90 años es la Unidad Educativa Herlinda Toral, con 126 maestros y 2166 estudiantes en dos jornadas

Quimico

La Escuela Diurna de Obreras, creada por la Municipalidad de Cuenca el 9 de mayo de 1924, es el Colegio Nacional Herlinda Toral, que ahora está celebrando nueve décadas de existencia.

La creación del plantel constituyó un hito histórico en el proceso de incorporar a la mujer en la educación y la cultura, para que se proyectara hacia responsabilidades que hasta entonces solamente le mantenían atada a las obligaciones domésticas.

Empezó con cuatro profesoras: “Recibidos los votos para Profesora de la Primera Sección, la señorita Amelia Palacios obtuvo cinco votos y la señorita Etelvina Arízaga dos; para Profesora de la Segunda sección, la señorita Leticia Ortega G., obtuvo la totalidad de los votos; y para Profesora de la tercera sección, la que hará de Inspectora del Plantel, la señorita Carmela Córdova Ochoa obtuvo asimismo la totalidad de los votos”, dice el acta municipal.

La enseñanza de tejidos, bordado, corte y confección, son asignaturas iniciales del establecimiento, que gradualmente va incorporando materias acordes con el desarrollo y la superación cultural de las jóvenes cuencanas.

Hasta 1937 mantiene el nombre de Escuela Diurna de Obreras, pero el 7 de septiembre de ese año, al aprobarse por primera vez el Reglamento y asignársele el nombre de Escuela Municipal de Mujeres Herlinda Toral, incorpora las secciones de Comercio, con materias de Derecho Comercial, Redacción, Aritmética Comercial, Contabilidad, Mecanografía, Taquigrafía e Inglés; Bordado y Labores, Dibujo y Trabajos Manuales; y, Telegrafía.

De la Ordenanza de creación de la Escuela de Mujeres Herlinda Toral, se desprende el concepto acentuado de género femenino en la designación del profesorado. El artículo 55 señala: “En caso de no encontrarse Profesoras aptas para la enseñanza de Contabilidad e Inglés, se nombrará Profesores; pero sólo hasta cuando se consiga mujeres capacitadas para la enseñanza de estas asignaturas”.

El 2 de agosto de 1951 la Municipalidad convierte a la escuela en colegio secundario, considerando “que la creciente demanda del comercio, la administración y la banca justifica la preparación de un personal técnicamente preparado y con títulos suficientes en las ramas de Secretariado y Contabilidad”. La mujer cuencana va ascendiendo en aspiraciones y conquistas y empieza a proyectarse hacia el acceso a la Universidad.

En 1966, en el gobierno interino de Clemente Yerovi Indaburo, dos cuencanos ostentan altas funciones públicas: Luis Monsalve Pozo es Ministro de Educación y Hugo Ordóñez Espinoza Subsecretario. El 29 de septiembre, la Rectora del colegio recibe el siguiente telegrama: “Tengo agrado comunicarle Instituto su Rectoría fue nacionalizado, por tanto ruégole urgentemente enviarme nómina completa Personal Docente y Administrativo objeto Ministerio pueda verificar designaciones de acuerdo ley asimismo suplícole mande presupuesto completo próximo ejercicio. Atento saludo: Meducación”.

Con más de cuatro décadas de funcionamiento, la antigua escuela diurna para mujeres ha llegado a su mayoría de edad. El Colegio Nacional Técnico Herlinda Toral asume las especialidades de Comercio y Administración, Secretariado, Manualidades y en 1970 abrirá la especialización de Humanidades Modernas.

Durante el primer medio siglo, el Plantel ha peregrinado por siete locales prestados o arrendados, siempre en condiciones precarias y antipedagógicas. Al fundarse tuvo un cuarto en el edificio de la Escuela Central (Benigno Malo y Gran Colombia); pasó luego a una casa en la calle Borrero, entre Sucre y Córdova; luego a la calle Sucre, entre Borrero y Luis Codero, donde se levanta hoy el Banco del Austro; luego a la Benigno Malo y La Mar, a un viejo inmueble del Banco Central hoy convertido en parqueadero; luego a la casa de una familia Delgado, en la Benigno Malo, entre Sangurima y Vega Muñoz; luego al edificio del antiguo Seminario, en la Benigno Malo y Bolívar; y, por fin, a la calle Vargas Machuca, entre Sucre y Córdova, propiedad de la Alianza Obrera.

En 1971, el 14 de mayo, se coloca la primera piedra para levantar el edificio propio del colegio, cuyo Rector es Carlos Aguilar Maldonado, en un predio de 29 mil metros cuadrados del barrio Totoracocha, expropiado por la Municipalidad para el establecimiento.

El 21 de febrero de 1973 el Herlinda Toral pasó a su edificio propio, en medio del alborozo de sus directivos, educadores y alumnas. Un sueño antes imposible quedó cumplido. Cuando el 28 de junio de 1982 el Ministro de Educación Claudio Malo entregó una presea al Rector Aguilar Maldonado, éste pronunció un discurso en el que aludió a aquel sueño: “Llegué al Plantel en un instante nunca olvidado de mi tiempo. Cuando el día 30 de diciembre de 1969 ingresaba en el viejo local arrendado a la Sociedad de Obreros de La Salle, una suerte de promesa espontánea pronunció mi labio. Juré, ante la imagen de mi propia vocación pedagógica, nacida en los albores de mi juventud, que trabajaría, en todos los confines permitidos, para lograr un bello, hermoso y fabulístico sueño, que se dibujaba dentro de mi ser: construir, con decisión, un Palacio de Cristal para la muchachada de mi Cuenca, la ciudad claridad, la ciudad luz! Así era de febril ese sueño…”

El 6 de junio de 2013 el Colegio se transformó en Unidad Educativa Herlinda Toral, al incorporarle por resolución ministerial el colegio Une del Azuay. Tiene una jornada matutina con 106 alumnos varones y 1918 mujeres y otra, nocturna, con 118 varones y 130 mujeres. En total son 2166 estudiantes.

La jornada matutina ofrece bachillerato general unificado con las opciones Técnicas para formar profesionales en Contabilidad y Administración y en Comercio Exterior. La nocturna forma bachilleres para profesionales en Contabilidad y Aplicaciones Informáticas. El Rector Gonzalo Jaramillo Granda es responsable del plantel diurno y el Vicerrector Vicente Palacios, de la jornada nocturna.

El local, amplio y funcional a inicios de los años 70 del siglo anterior, ha quedado reducido y obsoleto. Sus autoridades prevén la ampliación acorde a las nuevas necesidades, las tecnologías y opciones profesionales, para proyectar al Plantel a las expectativas del primer centenario de su funcionamiento.

Tomado de la revista avance

https://www.revistavance.com/ediciones-anteriores/ano-2014/mayo-de-2014/2306-de-las-cintas-metricas-a-los-sistemas-informaticos.html